lunes, 2 de marzo de 2009

Bailazo de inauguración


I
Quienes vienen por primera vez a Urameo suelen llevarse la impresión de que este pueblo es bonito, agradable, colorido, festivo. Pero la verdad es otra. Aquí el turista llega durante la Feria del Capulín, una fiesta tradicional por excelencia, o el 28 de agosto, que es cuando celebramos al patrón San Agustín, cuya orden de feligreses encabezaron en el siglo XVI la construcción de nuestro templo, una verdadera joya colonial, como dice el profesor Cliserio cada vez que alguna persona importante arriba a esta comunidad ubicada en la cima de la montaña. Fuera de esas dos fechas los uramenses permanecemos en la sombra, en el aburrimiento total. Mi hermano mayor me confió esto: “Dicen que cuando uno muere ve pasar toda su vida en pocos segundos; de ser cierto, nosotros sólo veríamos el tractor de don Ángel que a diario pasa frente a la casa mientras desgranamos el mais”.


La Feria del Capulín inició en 1977 y desde entonces es el motivo para que todos salgamos por la noche para disfrutar de los juegos mecánicos. Es también la única oportunidad para cenar hot cakes, elotes con mayonesa o tacos al pastor, pues por alguna razón a nadie se le ha ocurrido ofrecer tales platillos durante el resto del año. Claro está que los futbolitos, el tiro sport y los carritos chocones nos vuelven locos a niños y grandes, a hombres y mujeres por igual. Otro atractivo es la elección de la Reina del Capulín, pues la muchacha será la encargada de recibir a los invitados especiales, esos que por una vez en 365 días se acuerdan de que existimos. Aún recordamos con alegría aquella primera vez en que un gobernador se paró en Urameo; fue el ingeniero Cadenas, que siempre le ha tenido cariño a esta tierra, y eso que ni nació por aquí. Entre vítores y confeti, el ingeniero prometió que haría lo necesario para instalar una procesadora de fruta y generar el progreso de la región. Todos le aplaudimos e incluso el profesor Cliserio alzó su voz para gritar: “¡Que viva nuestro gobernador Cadenas!”, y todos lo secundamos.

Esto de la elección de la Reina del Capulín también tiene su historia, pues hay familias que por tradición postulan a la adolescente en turno y la convierten en la emperatriz del año, les cueste lo que les cueste. Por ejemplo, doña Gloria (a quien le apodan la Nube Gris) ha invertido una fortuna para que toda su descendencia femenina obtenga tal distinción, y es que el sistema de elección funciona así: la ganadora es quien más votos recibe, pero el voto cuesta. De esta forma, la familia de la candidata puede comprar los boletos que pueda, meterlos a la urna y esperar a que las dos contrincantes no sean tan simpáticas y hermosas como para provocar que todo el pueblo les dé su voto. Total que bajo esta modalidad tan poco democrática, la Nube Gris hoy presume las coronas que le han colocado a casi todas sus hijas: Yeverina, Juana, Carmela, Rafaela, Tomasa y Gloria.

Sí, dije “casi”, porque sólo en una ocasión el prestigio de la familia Chávez Cerdo, la familia de la Nube, se ha visto empañado con la derrota. Ese año quedará marcado no sólo por tal excepción, sino porque fue la primera vez en que un grupo importante y famoso engalanó el baile de apertura de la Feria del Capulín. Nadie lo podía creer cuando Ponciano pintaba las bardas de la calle Cantarranas:

“Sensacional bailazo de inauguración, por primera vez en Urameo el internacional grupo Los Yonic´s, tocando todos sus éxitos”.

Hasta esa fecha lo mejor que habíamos visto era un conjunto de Queréndaro llamado Corazón Joven, cuya vocalista cantaba muy parecido a Maricela, aquella que era amante del Buki. El grupo tuvo tanto éxito que repitió su presencia por cinco años consecutivos, hasta que la muchacha quedó embarazada del baterista, lo que los obligó a olvidarse de la música y emigrar al otro lado. Entonces pues, la llegada de los Yonic´s era un verdadero acontecimiento y no faltó quien dijo que era falso, y que a la mera hora pondrían a otro conjunto en su lugar. Para no dejar dudas, el presidente de la Feria (Chilo, el tortillero) recorría en su coche las calles sintonizando Radio Tropical, y en la bocina se escuchaba el anuncio una y otra vez:


“Sensacional bailazo, luego de su gira por Latinoamérica llega a Urameo el internacional grupo Loooooos Yooooonic´s”.

II
La mesa de recepción abrió a las diez de la mañana, pero desde antes la Nube Gris y una gran comitiva ya hacían fila para depositar en las casillas (unas cajas de jabón Roma) los votos recolectados para Maricela, la última de la dinastía, la única que faltaba en ser coronada. Aparentemente la misión no era tan complicada si tomamos en cuenta quiénes eran las rivales: por un lado estaba Cecilia, la hija del Picochulo; su mayor virtud era haberse acostado con medio alumnado del Bachilleres, pero más bien eso le restaba la simpatía de las madres de familia, quienes celosas de sus vástagos, la tachaban como una ramera sinvergüenza. En tanto, la tercera en discordia respondía al nombre de Angelina, simpática güera nacida en Ojo de Agua de Bucio, uno de los pequeños ranchos que circundan Urameo. Sus ojos verdes y un cabello que llegaba más allá de la cintura, sumados a una sonrisa tierna, inocente, sin duda eran factor importante, aunque no suficiente para derrotar a la maquinaria financiera de la familia Chávez Cerdo. Sobra decir que Angelina era la única hija de Domitilo, el anciano que todos los días bajaba en burro para vender leña; un hombre pobre, más pobre que la tierra seca de su rancho.

Así, mientras niños, mujeres y abuelos dejaban su voto en las cajas de jabón, de pronto llegó corriendo Pepe el loco, agitado, con sudor en la frente y los ojos irritados: “¡Ya llegó el camión de Los Yonic´s; vamos a verlos!” No terminaba de hablar cuando la muchedumbre salió despavorida hacia la bodega de mi tío Ramón, que en épocas festivas deja de ser una simple bodega para convertirse en el flamante Salón Aguilar.


Los berrinches de doña Gloria fueron inútiles, pues ninguno de los muchachos y muchachas la obedecieron cuando les ordenó que primero votaran por la Maricelita y luego fueran a donde les diera la gana. Lo peor del chisme es que cada elector traía en sus manos al menos veinte boletos pagados por la señora, cuyos estrafalarios cabellos se disparaban de puro coraje. Pero más se enojó cuando de repente vio venir a una andanada de campesinos cuyos rostros eran poco conocidos en el pueblo. Ellos, sus esposas y sus hijos bajaban de camionetas, burros y caballos para brindarle un voto a la Angelina, pues tampoco iban a dejar que la barrieran así como así.

III

Chilo, el tortillero, fue quien tomó el micrófono para anunciar los resultados, para ponerle la corona a la nueva Reina del Capulín. Las tres muchachas se tomaron de la mano: Maricelita lucía segura, sonreía con cierta altanería. Cecilia le cerraba el ojo a todos, pues su atrevido escote dejaba poco a la imaginación. Y Angelina mostraba una cara como de jitomate, pues era la primera vez que se paraba enfrente de tantas personas.

―Estimados vecinos de Urameo, señor presidente municipal de Zináparo, presbítero Heberto de las Flores: es un honor para mí, como presidente de la Feria del Capulín, revelar quién es nuestra nueva emperatriz…

(En ese momento el mariachi Ayer y Hoy se alistaba para hacer sonar las fanfarrias).

―De acuerdo al cómputo final (es decir, a lo que arrojaban las sumas de una calculadora de bolsillo) la nueva embajadora de este pueblo es nada más y nada menos que la señorita Angelina López Téllez. ¡Un aplauso para nuestra nueva reina!

(Y en ese momento el mariachi Ayer y Hoy hizo sonar las fanfarrias).

Más de la mitad de los presentes estalló en júbilo, pues nadie daba crédito a que la hija del leñador sería quien destronaba el imperio de la Nube Gris, quien por cierto exigió un recuento de los votos, algo nada ajeno a ella, pues era sabido su militancia en el Partido Revolucionario de la Democracia. Pero Chilo se negó, dando como argumento “un estallido social, un derramamiento de sangre por parte de esta bola de salvajes”, en referencia a los vecinos de Ojo de Agua de Bucio. (Chilo militaba en el Partido Nacional Accionario).

IV

El Salón Aguilar fue insuficiente para la masa que deseaba bailar con las canciones románticas de Los Yonic´s. Muchos quedaron fuera y se conformaron con escuchar desde la calle melodías como Adiós cariño mío, Falsas promesas y Es mi amor secreto. Adentro, en el centro de la pista, la reina Angelina bailaba cadenciosamente con Piolín, el hijo menor del profesor Cliserio. Ambos se veían muy a gusto, disfrutando la noche, su noche. Maricelita decidió quedarse en casa, seguramente sollozando por la derrota, y de Cecilia no se supo mucho, sólo que se salió a mitad del baile y tomó un rumbo desconocido a bordo de la camioneta roja de Fermín, el hijo de mi tío Ramón.

Las cosas iban muy bien, el primer grupo internacional que llegaba a Urameo nos tenía felices, pero como decía mi tía Lupe, en paz descanse, “no todos los días se muere un burro”. En medio de la muchedumbre un poblador de Ojo de Agua de Bucio, al parecer pretendiente de la Angelina, que le rompe la cara al pobre de Piolín. Su delgado cuerpo aun no tocaba el suelo cuando se armó tremendo alboroto. Los uramenses se lanzaron contra los bucios: volaron sillas, mesas, botellas de cerveza y de refresco. Una batalla campal que nadie pudo parar, ni siquiera el vocalista de Los Yonic´s quien invitaba a la calma: “Sí cómo no, pues qué pasó por ahí, vamos a seguir disfrutando de este bonito baile… sí como no, yo creo que hay que calmarnos…” Pero no terminó de hablar porque un botellazo de Victoria le estalló en plena frente, por lo que el resto de la agrupación huyó despavorida para esquivar los proyectiles.
Preocupado por la situación, Chilo el tortillero intentó llamar a las fuerzas del orden, pero los policías que mandó el municipio ya estaban tan borrachos que nada pudieron hacer.

Angelina, por su parte, supo esquivar los golpes y los botellazos. Dicen que muy campante salió por la puerta principal de la mano de Mayo, el hermano de Maricela, el hijo de la Nube Gris. El muy cínico se la llevó a su casa, la metió al cuarto y la despojó de toda su virginidad. Dicen que mientras ella gemía de placer, la Maricelita, en el cuarto de al lado, no dejaba de llorar, pues había deshonrado el prestigio de los Chávez Cerdo.

4 comentarios:

Gilberto Pizarro dijo...

Jajaja esta divertido el texto, hasta huele a jotqueis de feria de pueblo... espero el bailazo haya sido todo un exito.. Donde esta ubicado Urameo?

Anónimo dijo...

NO MANCHES COMO PUEDO CONOCER TODA LA HISTORIA TIENES UNA PERSPECTIVA TRANSPARENTE EN TU NARRATIVA...IMAN

Anónimo dijo...

Chava:
Maldita sea que la Victoria haya explotado en la cabeza del lider de los Yonics sin antes haber tocado "Pero te vas arrepentir" (cuando veas que no es nada su riqueza comparada con lo que yo a ti te di) en fin, de cualquier forma fue un bailazo...felicidades por el texto man.

Anónimo dijo...

Maldita sea que la Victoria haya explotado en la cabeza del lider de los Yonics sin antes haber tocado "Pero te vas arrepentir" (cuando veas que no es nada su riqueza comparada con lo que yo a ti te di) en fin, de cualquier forma fue un bailazo...felicidades por el texto man.